miércoles, 4 de julio de 2012

Libro sobre ENDOMETRIOSIS


Un libro escrito por 14 Especialistas

Endometriosis: Una visión multidisciplinaria para médicos, pacientes y familiares.
El Libro Endometriosis ofrece un enfoque multidisciplinar en el que 14 especialistas abordan la problemática de la Endometriosis desde distintos puntos de vista.

Enfocado a las pacientes y su entorno

Por primera vez la enfermedad no se ve unicamente como un problema ginecológico, si no que se tienen en cuenta todos los aspectos relacionados con la enfermedad y sus consecuencias en la adolescencia, en la relación de pareja y familiar , en la sexualidad, etc.
Un libro imprescindible para enfermas, familiares y profesionales que quieran disponer de una visión de conjunto de esta compleja enfermedad.

Fertilidad, Sexualidad, Dieta, Tratamientos

En un mismo libro se abordan todos los temas que preocupan a las enfermas de Endometriosis desde todos los puntos de vista posibles. Prestigiosos especialistas con muchos años de experiencia en el tratamiento de esta enfermedad nos ofrecen sus opiniones, puntos de vista y consejos.
Puedes leer algunos extractos y/o comprarlo aquí: http://www.libroendometriosis.com/

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viernes, 8 de junio de 2012

La endometriosis con dolor crónico provoca depresión

La endometriosis también acarrea secuelas psicológicas que no deben desatenderse, pues en los peores casos pueden concretarse en cuadros de ansiedad y depresión.



El abordaje de la endometriosis no puede eludir las implicaciones psicológicas de una patología tan discapacitante como ésta. Desde esta consideración, Sagrario Martín, doctora en Psicología de la Clínica Quirón, de Bilbao, ha asegurado que “la endometriosis con dolor crónico produce una serie de daños entre los que destaca la disminución de la calidad de vida laboral, social (provocando en la persona una sensación de aislamiento e incomprensión) y familiar (impidiendo cumplir con las expectativas de las mínimas obligaciones familiares y con dificultades en la relación de pareja)”.
Todo esto deriva “en un daño psicológico que puede traducirse en un cuadro de depresión -baja autoestima, disminución del interés o de la capacidad para el placer en casi todas las actividades, insomnio o hipersomnia- o de ansiedad, en la que aparecen irritación, rabia y nerviosismo”. Otros problemas psicológicos asociados a la endometriosis son la inestabilidad emocional o ciertos episodios depresivos intercalados con maniacos.
Durante el simposio Entre el desafío y la esperanza, que han organizado la Asociación de Endometriosis de España, la Clínica Quirón de Bilbao y la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), la psicóloga ha recomendado la creación de “grupos de apoyo a estas mujeres donde puedan aprender estrategias para afrontar el dolor y donde sus quejas sean entendidas, así como fomentar terapias de pareja. Tampoco han de caer en saco roto las terapias individuales donde la mujer pueda diferenciar el dolor del sufrimiento, en un proceso de aceptación de su enfermedad”.
Los daños psicológicos de la endometriosis “pueden arreglarse pero no corregirse. En todo caso, hay una serie de técnicas válidas, entre las que se encuentran la relajación, la respiración, la hipnosis o la visualización de los problemas”.
Laparoscopia
El abordaje quirúrgico de la endometriosis, otro de los temas tratados en el encuentro, ya se basa en la laparoscopia en el 90-95 por ciento de los casos. “El porcentaje de éxito de esta técnica es elevado, pero la recurrencia de la enfermedad también lo es. Si se hace un seguimiento a cinco años de las mujeres intervenidas, se comprueba que el 45 por ciento recae”, ha indicado Álvaro Gorostiaga, ginecólogo de la Unidad de Endoscopia Ginecológica del Hospital de Basurto, en Bilbao.
Pese a que la endometriosis es una patología con alto grado de penetración -se calcula que afecta al menos a un 10 por ciento de las mujeres-, el grado de asociacionismo alrededor de ella “es bajo, debido sobre todo, a la desinformación”, ha indicado María del Mar Gamero, delegada de la Asociación Endometriosis España en el País Vasco; aunque “si se transmitiera toda la información, quizá se generaría alarma social”.
El reto es el diagnóstico precoz
El diagnóstico precoz es una asignatura pendiente en endometriosis. María del Mar Gamero, delegada de la Asociación Endometriosis España en el País Vasco, ha insistido en la necesidad de sensibilizar a los médicos de atención primaria para que reconozcan los síntomas y deriven rápidamente a los pacientes. “Al tratarse de una enfermedad crónica progresiva, si transcurre un tiempo antes del diagnóstico, puede que la solución, o al menos la ayuda, llegue tarde”.
Datos del último congreso mundial sobre esta patología, celebrado en septiembre de 2005 en Holanda, indican que la endometriosis afecta incluso a pacientes muy jóvenes, de entre 13 y 16 años. Esto deriva en la necesidad de incentivar los estudios de investigación por parte de las administraciones sanitarias para que se evite el avance de la endometriosis, hasta el punto de que no haya solución “y se tomen soluciones drásticas, como la extirpación de los órganos, que podría evitarse con el diagnóstico precoz”.
Endoguerreras! a las barricadas!

martes, 29 de mayo de 2012

A mi hija

Cuando me enteré de mi enfermedad, el ginecólogo que por aquel entonces me llevaba, me planteo el tema de poder tener hijos como algo prácticamente imposible, aunque ahora tengo más esperanza y estoy muy controlada por mi nuevo ginecólogo, por aquel entonces escribí una poesía sobre como me sentía e imagino que más de una ha debido sentirse así. La ciencia avanza mucho y además siempre puedes adoptar, pero todo eso cuesta dinero, dinero que ahora mismo nos falta a todo el mundo, con lo que las "demás" posibilidades las ves lejanas o inalcanzables. 

Para una mujer, cuando te dicen que no podrás tener hijos se te viene el mundo encima. Con el paso de los días y de las semanas, vas tomando distancia e intentas ser positiva, pero sigue siendo un gran tabú para nosotras.Muchos llantos me ha costado aceptar esa realidad, y aunque aún no sé si podré o no podré, como dice mi padre: siempre hay que estar preparado para el fracaso. Hoy por hoy no pienso en el tema, creo que llegado el momento lo intentaré sin obsesionarme demasiado, pensando que si ese no es mi destino será porque tengo otro esperando, y seguramente sea mejor.





  A mi hija

  No te llevaré en el vientre,
  no gestaré tu vida,
  no sentiré tu latido,
  pero te quiero aunque aún
  no hayas nacido.

  Te querré día a día,
  y tu nombre será Lucía.

  Sé que tu vida late,
  en algún rincón de este mundo,
  sé que estás esperando, y yo...

  seguiré pensando...
  en mi niña de pelo rizado,
  de ojos verdes como el prado
  y con unos oyuelos bien marcados.

  Y aunque ese día no llegue,
  aunque la enfermedad llene el camino,
  tu seguirás siendo mi niña,
  y tu latido seguirá cantando tu nombre,

  Lucía.


Besos. Endoguerrera.


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miércoles, 23 de mayo de 2012

Famosas con endometriosis: Marilyn Monroe


Durante su infancia, en la década de los 30 (1930) Marilyn Monroe fue una niña bastante sana, que sólo sufrió una intervención de amígdalas.
Pero entre las décadas de los 40 y los 50, Marilyn sufre más de 12 abortos.
Al considerar la batalla de Marilyn Monroe contra la endometriosis, es importante recordar que hasta 1960, el recurso más novedoso para controlar los casos severos de endometriosis era la extirpación de los ovarios con la finalidad de eliminar la estimulación periódica del tejido endometrial. Pero Monroe se negó a someterse a la entonces utilizada cirugía, principalmente porque quería desesperadamente convertirse en madre.
Toleró pacientemente el severo dolor mensual gracias al consumo cada vez mayor de narcóticos, lo que finalmente la condujo a la muerte por una sobredosis.
De acuerdo a los acontecimientos biográficos publicados de su vida y a pesar de su imagen como el gran símbolo sexual elaborado por los publicistas de Hollywood, la sexualidad personal de la actriz le proveía poca satisfacción o gratificación debido a la endometriosis.
La dolorosa dispaurenia característica de la endometriosis severa la hicieron resistente, tensa y aprensiva hacia el acto sexual.
Según sus biógrafos, Marilyn Monroe expresaba a sus amigos más cercanos su insatisfacción hacia el sexo. Era tan incomprendida que su compañero de rodaje en “En faldas y a lo loco” Tony Curtis, llegó a comentar, “Besar a Marilyn es como besar a Hitler”.
A la edad de 20 años, y con un matrimonio de cuatro, Marilyn se quejaba de terribles cólicos menstruales que complicaron su carrera como modelo, haciéndosele difícil estar de pie durante largos períodos en las sesiones fotográficas.
Este síntoma, junto con la dismenorrea y la dispareunia que la afligían tanto, revela que comenzó a sufrir de endometriosis avanzada a edad muy temprana.
En 1952 en Hollywood, mientras filmaba la película “Me siento rejuvenecer” (Monkey Business) junto a Cary Grant, Marilyn tuvo dolores abdominales tan severos que provocaron el retraso del rodaje de las escenas en las que ella aparecía como secundaria. El Dr. Elliot Corday diagnosticó apendicitis, pero ella persuadió al doctor para que retrasara la cirugía, por lo que fue hospitalizada durante algunos días y recibió antibióticos como tratamiento.
Después de esa semana hospitalizada, Marilyn regresó a trabajar sin haber padecido ninguna cirugía. El dolor, atribuido públicamente a una apendicitis, fue probablemente causado por la endometriosis. Después de algunas semanas de sufrimiento, el publicista de Marilyn anunció que estaba sometiéndose a una apendicectomía, planeada para fines de abril.
Aún así, el Dr. Marcus Rabwin, cirujano general, pidió la ayuda del ginecólogo, Dr. León Krohn, para asistirlo en la cirugía –dejando claro así, que sería más que una simple apendicectomía la que se llevaría a cabo-. En esos días, una “apendicectomía” era considerada, por los creadores de imagen de Hollywood, como más aceptable para una estrella joven que una cirugía relacionada con “la condición de la mujer”.
Después de la primera cirugía, el ginecólogo, Dr. Krohn, asumió el control del tratamiento de los problemas menstruales crónicos de la enigmática actriz.
El 7 de noviembre de 1954, Marilyn sufrió una segunda cirugía abdominal en el Cedars of Lebanon Hospital. Esta cirugía fue descrita por el ginecólogo Krohn como “una corrección de un desorden de la mujer que la había molestado durante años”. Clarificando, explicó que se estaba refiriendo a una operación para tratarla de “endometriosis crónica”.
Esto confirmó que cuando había asistido en la apendicectomía dos años antes, la presencia de endometriosis ya había sido confirmada por él.
Marilyn Monroe y Arthur Miller se casaron en junio de 1956. Ella quería tener un hijo, pero su endometriosis fue probablemente la principal razón por la que no pudo concebir, aunque también había otras posibles razones de su infertilidad. El uso continuo de una gran cantidad de analgésicos e hipnóticos, principalmente barbitúricos, tomados para disminuir su dolor, probablemente interfirieron con su ovulación. Su ginecólogo, León Krohn, proveía a Marilyn de estas drogas prescritas, sin las cuales ella no hubiera podido dormir debido a los fuertes dolores que sufría a causa de su endometriosis. El hecho de que el Dr. Krohn estuviera siempre en el set mientras Marilyn estaba filmando, muestra cuán dependiente se había vuelto la actriz de estas drogas poderosas.
En julio de 1957, Monroe se sintió feliz al enterarse de que estaba embarazada. Parecía que había logrado vencer su endometriosis, pero sus efectos físicos continuaron siendo un obstáculo enorme para su felicidad. En pocos días fue trasladada al Doctors Hospital en Nueva York, donde fue diagnosticado un embarazo ectópico como resultado de endometriosis en las trompas de Falopio. Fue operada inmediatamente y ese día no sólo perdió su tan deseado embarazo, sino también la trompa de Falopio en donde la implantación ectópica había tenido lugar.
El año siguiente, Marilyn Monroe se volvió a quedar embarazada otra vez, pero tristemente, tuvo un aborto antes de cumplir tres meses de embarazo. Marilyn se culpó a sí misma debido a los barbitúricos que había estado tomando y entró en un período de depresión profunda. Los sedantes que había estado ingiriendo desde 1953 posiblemente contribuyeron a su depresión.
El 25 de junio de 1958, Marilyn fue hospitalizada en el Lenox Hill Hospital en Nueva York para una cuarta intervención quirúrgica. La operación fue para extirpar los endometriomas que le estaban causando “períodos menstruales anormalmente dolorosos, sangrados severos e infertilidad”.
En el verano de 1960, cuando Marilyn Monroe estaba filmando “Vidas Rebeldes” (The Misfits) con Clark Gable, sufría una constante agonía y fuerte dolor abdominal, lo que le dificultaba comer.
Antes de comenzar cada escena se ponía tan enferma que necesitaba atención médica. Con toda esta problemática afectándola, buscó a alguien que le pudiera dar apoyo psicológico y moral. Fue así como comenzó su relación con el psicoanalista de Los Ángeles, el Dr. Ralph Greeson, a quien ella se apegó mucho y quien estaría con la estrella hasta el último día de su vida.
El Dr. Greeson le recomendó a su colega, Dr. Hyman Engelberg, para que se hiciera cargo de los problemas físicos de su paciente, y desde entonces, el par de médicos trabajaron para liberar a Marilyn del peso de sus problemas físicos y mentales. Engelberg fue responsable de la prescripción continua de los hipnóticos que Marilyn requería para poder dormir. Atormentada por su dolor persistente en el lado derecho de su abdomen y los severos ataques de indigestión –ambos probablemente consecuencia de su endometriosis- no es sorprendente que Marilyn se volviera dependiente de los barbitúricos. Sin ellos su sufrimiento físico y mental se hubiera vuelto insoportable.
Marilyn Monroe y Arthur Miller anunciaron su divorcio en 1960.
En mayo de 1961, fue hospitalizada por León Krohn en el Hospital Cedars of Lebanon para una quinta cirugía, esta vez para limpiar de adherencias y tejido dañado por la endometriosis. Tenía 35 años.
Un mes después, Marilyn fue operada una vez más.Se informó al público y fans de la actriz que era debido a una extracción de la vesícula, pero la realidad de los informes médicos es que el cirujano decidió intentar tomar ventaja a la endometriosis, y se realizó un enorme esfuerzo quirúrgico para volver a limpiar tejido endometrial de sus órganos abdominales y pélvicos, un esfuerzo que se había prolongado durante ocho años y seis cirugías.
De acuerdo con los testimonios de los amigos, Marilyn tenía toda una farmacia de medicamentos prescritos en casa. Los tranquilizantes como el Valium y el Librium que eran los más utilizados y se encontraban en el mercado en esa época, fueron añadidos a los analgésicos, los sedantes y los hipnóticos que la actriz utilizaba diariamente para deshacerse del dolor causado por la endometriosis y su incapacidad para dormir por las noches. Sus problemas de salud le causaron el abandono del trabajo en los estudios de cine en numerosas ocasiones o la necesidad de cancelar de último minuto una filmación programada. Finalmente, esto provocó su despido de los Estudios Fox.
La vida dio un giro favorable para Marilyn en 1962, ya que ella y Joe DiMaggio – que había sido su marido anteriormente- anunciaron sus planes de volverse a casar, poniendo el 8 de agosto como fecha para la ceremonia. El evento fue preparado concienzudamente por ambos y sus fans.
A Marilyn la habían vuelto a contratar, con un gran incremento salarial, en los estudios de cine Twenty Century Fox para rodar la película de George Cukor “Somethings got to give” (inacabada) y debido a la gran insistencia de su coprotagonista, Dean Martin.
Mientras se preparaba para la boda, Marilyn continuó sufriendo fuertes dolores pélvicos, que la atormentaban sin descanso. El 21 de Julio fue hospitalizada para otra cirugía, la séptima, con la finalidad de limpiar tejido hemorrágico causado por la endometriosis.
En casa, de regreso del hospital el 1 de Agosto, telefoneó a León Krohn, que le había tratado la endometriosis desde su primera cirugía en 1952 y lo invitó a cenar a su casa. Pero más tarde, durante el día, llamó para cancelar la cena, prometiéndole que lo telefonearía en pocos días.
Marilyn se levantó temprano y de buen humor el viernes 3 de agosto, visitó la oficina de su psicoanalista, Dr. Greeson, compró cosas para la celebración de su boda y regresó a su casa para encontrarse con el Dr. Hyman Engelberg. Él le inyectó un analgésico y le dio una receta de 20 cápsulas de Nembutal.
El 4 de agosto Marilyn se quedó en casa, desempaquetando todas las cosas que había comprado para la boda. Por la tarde, recibió la visita del Dr. Greeson, quien la dejó a las 9:00 pm. Marilyn estuvo hablando por teléfono con varios amigos durante el resto de la noche. Cuando no contestó una de las llamadas, su amigo se alarmó y avisó al abogado de Marilyn, Milton Rudin. Fue el Dr. Greeson quien acompañado de Rudin y encontraron a la actriz muerta a media noche.
La alta cantidad de sodio pentobarbital (Nembutal) encontrado en su hígado fue prácticamente dos veces mayor que el nivel de la sangre, y la concentración del Hidrato de Cloral en su sangre fue mayor que la de Nembutal. No había señales de ningún tipo de narcóticos ni en su estómago ni el duodeno, pero el colon estaba congestionado y tenía un color púrpura, lo que sugiere la administración rectal de Hidrato de Cloral y barbitúricos. Es probable que la muerte de Marilyn Monroe, causada por una sobredosis de narcóticos prescritos, haya sido accidental. Uno no puede evadir la siguiente conclusión: su endometriosis fue un factor determinante en su dependencia a las drogas, lo que hizo su muerte accidental predecible.
Los anticonceptivos orales aparecieron en 1960 y podían haber sido usados para suprimir sus menstruaciones como tratamiento para la endometriosis, pero no hay registro de que esto se haya intentado con Marilyn. De hecho, hubiera sido muy inusual para los médicos tratarla prescribiéndole la píldora para este propósito porque para entonces no se habían realizado estudios sobre el uso de los anticonceptivos orales para tratar la endometriosis. Y por supuesto, era un período de su vida en donde ella deseaba tener un bebé. También se creía, en esos primeros años de la píldora, que su uso podía hacer decrecer la fertilidad.
No fue la endometriosis la que se llevó la vida de Marilyn Monroe, pero fue la endometriosis la que contribuyó sustancialmente a su enorme sufrimiento físico y mental (que la condujo a su dependencia a los analgésicos), lo que finalmente la mató.

miércoles, 9 de mayo de 2012

La endometriosis en fotos

Localizaciones muy raras, pero posibles, de la endometriosis

Localizaciones más comunes de endoemtriosis en la zona pélvica

Localizaciones comunes de la endometriosis en el sistema reproductivo


Grados o estadios de la endometriosis

Adherencias en trompas de falopio y útero

Adherencia intestinal

Adherencias fuera del útero

miércoles, 2 de mayo de 2012

Cuesta arriba...

Hay días que parece que no vayan a terminar nunca...aunque me encuentro bastante mejor que hace meses, el dolor sigue sin desaparecer. Todos los días me pregunto si llegará el día que mejore de verdad, si otra vez podré volver a ser yo o si por lo contrario seguiré marcada por la enfermedad hasta el fin de mis días.

En el trabajo no va muy bien la cosa, y entre el estrés de la oficina  y mi dolor incesante e incisivo, cada día se convierte en un reto. En estos días que parece que nada vaya a mejorar es cuando peor te sientes, cuando más sola estás...Sabes que tienes el apoyo de tu familia y amigos, incluso tengo una amiga que aunque por razones distintas, también lleva años sufriendo dolor crónico, pero en estos días sientes que nadie puede entenderte, sólo tú sabes lo que duele y el esfuerzo que haces, tanto físico como mental.

Te levantas animada por la mañana, pensando hoy será un gran día! pero a medida que avanzan las horas la enfermedad va haciendo mella en tu cuerpo, y por mucho que quieras llega un momento que no puedes más, sólo piensas en llegar a casa y descansar. Pero luego llegas a casa y tu pareja tiene ganas de "mambo" y entonces llega la catarsisis: lo haces? no lo haces? le dices que te duele? finges?...hagas lo que hagas después te sentirás mal: si lo haces porque lo haces, porque claro si te encuentras mal, a ver a santo de que tienes que hacer algo que no te apetece no?, y si no lo haces entonces te sabe mal  por tu pareja, porque claro, ahora hacéis el amor mucho menos que antes, y si se cansa? o se busca a otra ? Son preguntas que para la mayoría de los mortales son de fácil respuesta o tienen fácil solución, desgraciadamente para mujeres con endoemtriosis donde tener una relación sexual puede significar estar dolorida durante el resto del día no es tan sencillo.

Entonces cuando llegas a casa y te encuentras a tu novio queriendo bailar un mambo a 4 tiempos, evidentemente te sientes incomprendida, además de eso hay que hacer algo de cenar y encima no sabes porque pero en las últimas semanas llegas a casa muchísimo más cansada que antes, será el estrés del trabajo? será la enfermedad? la medicación? o será que no descansas bien por las noches pensando en los mambos que quiere bailar el que duerme a tu lado...sea como sea, llegas a las 8 a casa, echa caldo de una dura jornada laboral aderezada con dolores endometriosicos, cenas algo y sin saber ni como ni cuando te has quedado frita en el sofá...y así pasan los días...entre dolores, llantos, mambos y alguna bajada de nómina...

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Endometriosis, la punta del iceberg.

El documental está disponible  aquí cuesta 5 dólares pero van destinados a la investigación. Lo recomiendo encarecidamente, tanto para las enfermas de endometriosis como a sus familias.




Endometriosis, the tip of the iceberg from Elena Goatelli on Vimeo.


Trailer del documental "Endometriosis, la punta del iceberg".
Dirigido por Elena Goatelli
Imagen y Realización: Angel Esteban
Música: David Espinosa, Angel Esteban y Sergio Ocaña
Grafismo: Bruno Praena


Endoguerreras, a las barricadas!

martes, 1 de mayo de 2012

Sexo y endometriosis, ¿Calvario?

La mayoría de las veces mantener relaciones sexuales cuando se padece endometriosis puede resultar doloroso y muy frustrante.

Personalmente a mi me empezó a pasar después de la operación, la penetración muchas veces era dolorosa, pero con el tiempo empecé a notar también dolor en el orgasmo. Preocupada y bastante deprimida por el tema acudí a mi ginecólogo, su respuesta fue otra vez devastadora: en el orgasmo el útero se contrae y al tener el ovario enganchado al útero este último tira del primero, haciendo que sienta una especie de calambrazo. Tengo que aclarar que muchas mujeres operadas de endometriosis pueden tener dolor en las relaciones a causa del suelo pélvico, la musculatura se degenera por la operación y muchas veces con una buena rehabilitación se consigue mejorar y con suerte eliminar el dolor, existen fisioterapeutas especializados en este tipo de rehabilitaciones. Lamentablemente ese no es mi caso, así que no sólo he tenido que superar el hecho de que el 70% de las veces la penetración me sea molesta y/o dolorosa, si no que además el orgasmo no es lo placentero que debería ser, o almenos como lo era antes.


Tener una buena pareja que sea comprensiva es indispensable para poder superar este hecho, lamentablemente el sexo en una relación es una parte muy importante. Así que en este tema hay que ser fuerte e intentar seguir adelante. Muchas veces quise tirar la toalla y dejarme llevar, no sólo tenía dolor crónico, no sólo está en el entredicho el que pueda ser madre, si no que además ni si quiera podía tener

relaciones con mi novio sin sentir dolor. Pero pensé en mi familia y pensé en mi novio, en que no era justo que los preocupara más, cuando llamaba a mi madre y me veía triste podía notar su preocupación, podía ver como se preocupaba y cuando colgaba me decía a mi misma que no quería verla así. Así que intentaba reponerme y tomar fuerzas, ver las cosas desde otra perspectiva.

Con el tiempo he aprendido a vivir con ello, no mantengo la misma cantidad de relaciones que antes, ni con la misma calidad obviamente, pero intento no pensar en ello, intento no darle importancia. Con el tiempo el dolor en el orgasmo se ha hecho habitual y llega un momento que ya ni siento el calambrazo, intento pensar en la parte positiva y sólo intento concentrarme en eso.

Cuando tengo un mal día y se que tener relaciones me va a doler se lo digo a mi novio, pero no dejo de sentirme culpable, aunque se que no tengo culpa de nada es un sentimiento que aparece y preocupa. ¿ se cansará mi novio de que siempre esté con lo mismo? ¿ se cansará de que no podamos tener las mismas relaciones que antes?. Un día me dijo que estaba para lo bueno y para lo malo, y que si él un día se ponía enfermo acaso lo iba a dejar yo? Sé que me quiere, pero a veces me pregunto si algún día volveré a ser la misma de antes... pero no tengo respuesta para esa pregunta.

Según mi experiencia y dado que el dolor seguirá ahí ,almenos hasta que me opere y me extirpe el ovario,  creo que es necesario para mi supervivencia y para la tuya si estás en el mismo caso, el quitarle importancia, porque aunque se la demos, todo seguirá igual, el hecho de maldecirnos o de maldecir a los demás, el hecho de pensar ¿porque a mi ? no hace que la enfermedad y el dolor se vayan.

Tener relaciones es algo fundamental como pareja y como ser humano, forma parte de nosotros, y no podemos dejar que la enfermedad nos venza, no podemos dejar que el dolor domine nuestra mente, porque lamentablemente muchas veces domina nuestro cuerpo. Hay que evitar pensar en lo malo e intentar seguir con nuestra vida como antes.




Besos. Endoguerrera

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lunes, 30 de abril de 2012

Mi endometriosis

Desde siempre he tenido reglas muy dolorosas, pero con algunos calmantes podía lidiar bastante bien con ellas. Pero hace ya tres años empecé a tenerlas más fuertes, un día empecé a notar dolor al orinar, acudí a urgencias y aunque el test de infección de orina daba negativo, me dieron monurol (típico antibiótico para las infecciones de orina) lo tomé durante una semana pero el dolor no cesaba, volví a urgencias y me hicieron una ecografía y ahí me detectaron un quiste de 4 cm en el ovario derecho, aparentemente era un quiste de liquido que desaparecería con el paso de las semanas. Pasó un mes, y el dolor no cesaba, y además me comenzó a doler la zona derecha (el ovario), acudí a urgencias varias veces más y en todas mis visitas comentaba que me habían detectado un quiste y que me lo miraran, porque me dolía esa zona, ninguno de los médicos me hizo caso, uno incluso llegó a llamarme hipocondríaca...yo le dije que eso no era así, que llevaba ya un mes con el diagnóstico del quiste y hasta entonces no había sentido molestia...pero ni por esas.

Una mañana me desperté a las 6, me acababa de bajar la regla y el dolor era terrible, algo no iba bien y lo sabía. Como pude llegué al baño, necesitaba hacer pis, pero cuando lo intenté el dolor era insoportable, con la mano izquierda me agarré al mueble del baño y con la derecha a la bañera, entre lágrimas y sollozos pude terminar de hacer pis, volví a la habitación y desperté a mi novio: nos vamos a urgencias otra vez.


Esta vez lo tenía claro, era algo ginecológico, no podía ser casualidad. Como tengo una mutua acudí a urgencias, pero esta vez en lugar de ir a las urgencias generales pedí por urgencias ginecológicas. Mientras me miraban pensaban que podría ser un ataque de apendicitis, por suerte el médico de guardia cambió el turno y el que aseguraba que era una apendicitis fue sustituido por otra doctora. Me quisieron hacer una ecografía vaginal, pero el dolor era tan agudo que no me la pudieron hacer, me recogieron muestras de flujo y me hicieron una citografía, el resultado fué 4 días de ingreso hospitalario. En la clínica no supieron decirme que había pasado, y me remitieron a mi ginecólogo. Por aquel entonces yo tenía asignado un ginecólogo de la mutua, pero como ya había ido varias veces sin respuesta alguna por su parte, decidí acudir al padre de una amiga de mi hermana, también ginecólogo, pero que entonces aún no estaba en mi mutua.

Cuando fui y me hizo la ecografía vio que el quiste ya no era de 4 cm, si no de 8, y con los resultados de los análisis de la clínica su dignóstico fue que a causa de una infección inicial de flujo, no diagnosticada y por lo tanto mal tratada, la infección había subido y me había afectado el ovario, me dijo que debía hacer reposo absoluto durante 15 días o podía perder el ovario. Gracias a la medicación y al reposo, la infección desapareció y el quiste volvió a su tamaño original.

 Desde entonces las reglas se hicieron horribles, iba a trabajar como podía, pero para moverme por la oficina tenía que agarrarme a las paredes, me pasaba las noches sin dormir, no había calmantes suficientes. En una de mis visitas a mi ginecólogo de entonces, le comenté el gran dolor que sentía en las reglas y su respuesta fue: la regla duele, aguantáte y haz vida normal. Entre llantos le dije que era imposible hacer vida normal con ese dolor, pero no pareció que le importase mucho. Me dijo que nos veríamos al año para hacer la revisión y controlar el quiste, pero que era un quiste sin importancia. Pasó el tiempo, llegó la fecha de la revisión y no fuí, un gran error por mi parte, pero no quería ver a mi ginecólogo, me negué en redondo a que alguien me visitara y me volviera a decir lo exagerada que era.

Pasaron los meses, y a los dos años desde mi primer ingreso, unos 3 días después de una de mis reglas, estando en el trabajo empecé a notar un dolor en el abdomen muy fuerte, me tome un calmante pero el dolor no cesaba, y se hacía cada vez más intenso, así que decidí ir a urgencias acompañada de mi compañera de trabajo, ya que no podía caminar. Tengo un consultorio de mi mutua a 3 minutos de mi trabajo, acudí ahí por ser el más cercano. Una vez llegué comenté a la doctora de guardia mi problema con el quiste y pedí que me visitara un ginecólogo, después de la exploración me diagnosticó apendicitis, y sus palabras textuales fueron: no es nada ginecológico. Me pincharon un calmante y me dijeron que me fuera a urgencias de una clínica de mi mutua, ya que allí era más consultorio que otra cosa. Fui a la otra clínica y me visitó un ginecólogo, en la exploración y con la ecografía me dijo que tenía un quiste de 9 cm, pero que no era de liquido, era más bien una masa y creía que podía ser un quiste hemorrágico, me ingresó y me dijo que   había que ver la evolución. Durante las 24 horas siguientes fuí empeorando y me dijo que tenía que operar.

Era un sábado por la mañana, las 8 concretamente, había dormido poco, los nervios de entrar en quirófano  se hacían cada vez más fuertes, pero intenté mantener la calma. Un enfermero vino y me puso algo en la vía, a partir de entonces ya no recuerdo nada. Me desperté cuando ya eran las 3 de la tarde, tenía mucho dolor, y no entendía nada, no recuerdo cuando me lo dijeron, si fue ese mismo día o el día siguiente, no recuerdo mi reacción, si lloré o me quedé atónita... Pero el diagnóstico fue, tras 6 horas de cirugía, endometriosis bilateral severa. Tenía endometriosis en los dos ovarios, en una trompa, en el abdomen y en los intestinos. Perdí un ovario y una trompa, pero el resto pudieron limpiarlo bien (supuestamente). Para entonces no sabía muy bien que era la endometriosis, tampoco me dieron mucha información y yo tampoco sabía que preguntar.., así que  durante las siguientes semanas acudía cada semana al seguimiento postoperatorio, y cada vez iba con más preguntas... ahí descubrí que tendría muchas dificultades para ser madre, el mundo se me cayó encima, pero intenté centrarme en mi recuperación y la pena duró apenas unos días. A los dos meses de la operación, volví a sentir molestas agudas, pero esta vez en el lado izquierdo, para aquel entonces no me estaban medicando y pasé dos menstruaciones después de la cirujía, acudí a urgencias al mismo médico que me operó, y volví a tener las mismas respuestas de hacía dos años: no tenia nada, no era nada. Angustiada y dolorida, decidi volver al ginecólogo que una vez consiguió salvarme el ovario, me valoró y me pidió una resonancia magnética, con los resultados en la mano el diagnóstico fue devastador: la endometriosis había vuelto...esta vez tenía un quiste de 4,90 cm en el ovario izquierdo, mi único ovario. Tomamos una decisión, me dijo que aunque con ese tamaño y siendo endometriosis debería operarme, quería intentar no tocar el ovario, ya que con cada operación de limpieza había que cortar un trozo, y como sólo me quedaba uno y ni siquiera entero, quería probar con medicación. Me recetó cerazet sin descanso (anticonceptivas), para evitar que mi ovario trabajase y ver si así podía remitir la enfermedad. A los 3 meses volví, y el quiste había desaparecido, aunque seguía teniendo focos de adherencias y ahora además tenía enganchado el ovario al útero y a los intestinos, algo bastante común con esta enfermedad, pero por fin  había encontrado a mi ginecólogo.


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¿ Qué es la endometriosis?


La endometriosis es una enfermedad crónica benigna. Por motivos que se desconocen, el endometrio (tejido que recubre el útero) crece fuera de su cavidad original, normalmente suele crecer en : ovario, trompas de falopio, vejiga, intestinos y en las paredes del abdomen. El endometrio es un tejido que con cada ovulación se genera y con cada regla se desprende, formando parte de la menstruación.Este tejido, aunque crezca fuera del útero, se comparta igual que si estuviera dentro, y cuando menstruamos el tejido endometrial sangra igual, con lo que tenemos sangrados internos que provocan muchísimo dolor. Los principales síntomas son:

- dolor menstrual excesivo (impide que se pueda seguir con la vida cotidiana).
- trastornos intestinales  durante la menstruación (diarrea, estreñimiento, dolor al defecar etc...).
- dolor en las relaciones sexuales.
- sangrado muy abundante durante la regla.
- infertilidad.
- etc.

La frecuencia y la intensidad del dolor depende de cada paciente, hay mujeres que con una endometrisosis leve revisten dolores muy agudos, y otras pacientes que  con una endometriosis profunda no sienten dolor. Es en este último caso, cuando la endometriosis pasa desapercibida, y no es hasta que se intenta el embarazo cuando se descubre la enfermedad.

El promedio de diagnóstico se puede demorar hasta los 9 años. Aunque es una enfermedad relativamente común  (un 10%-15% de la población femenina), es una enfermedad bastante desconocida, tanto por médicos como por pacientes. Generalmente se confunde con otras enfermedades: infecciones de orina, apendicitis...o simplemente un dolor menstrual agudo. Para que una paciente sea diagnosticada correctamente necesitará muchos viajes a urgencias o a la consulta de su ginecólogo.

Esta enfermedad no tiene cura, sólo existe tratamiento paliativo del dolor mediante medicación o mediante cirugía. Lo más habitual es un tratamiento a base de hormonas, generalmente se intenta dejar los ovarios en reposo (ya que con cada menstruación que tengamos, la enfermedad puede seguir creciendo y extendiéndose), se puede hacer una inducción a la menopausia bien por inyección o mediante anticonceptivas sin descanso. En casos graves se opta por la cirugía , se eliminan quistes y tejido endometrial, así la paciente consigue mejorar considerablemente su calidad de vida, aunque esta es una enfermedad traicionera, y cuando menos te lo esperas vuelve a parecer un foco y los dolores vuelven.